domingo, 22 de febrero de 2015

Interludio XI


La sorpresa había sido tal que el impacto de la acera en su frente no pareció ni relevante, mientras intentaba mover sus pulmones para continuar respirando. El hombre llego junto a él y le dio la vuelta mientras le daba sopapos en la cara; "¡oiga, oiga!". Nunca pensó que fuese a morir así, de improviso, solo, sin servir para nada, sin saber quien lo había matado, y con el hedor de Recopia impregnándolo todo. Larga vida a la Alianza. 

El recién llegado, le abrió la chaqueta y busco con su mano su corazón.
- "Oiga amigo, aguante, le llevo a un centro, tengo el repulsor aquí mismo"
Y sin mediar palabra, cargó con fuerza con él ante la mirada de los viadantes que pasaban por el pasillo, la acera, tras los tenderetes.
- "No se preocupen, soy piloto, llegará conmigo antes que con la ambulancia"
El hombre, a paso rápido y decidido giró la esquina mas cercana llevando en brazos a Dan, hacia un repulsor cercano, donde un segundo hombre, con el vehiculo aparcado, esperaba encerrado tras la cúpula del repulsor observando la calle por la que un ronto pasaba con su parsimonia racial.

Paralizado como un pelele, Dan reparó entonces, al ver al hombre que esperaba en el repulsor, en que el hombre que le llevaba era fuerte, bastante fuerte, por la forma en que llevaba su peso. Y su instinto le decía que nada bueno podía tener alguien que deja a un compañero en el repulsor esperando y vuelve con un desconocido en brazos sin que su compañero pierda la compostura. 

El compañero arrancó el repulsor con un rostro de fingida sorpresa que puso a Dan en aviso. Por primera vez, Dan experimentó la sensación de impotencia, de la auténtica impotencia de ser por primera vez autentico y verdadero espectador de lo que sobre ti sucede, mientras intentaba forzar a su garganta a susurrar algo. 

El hombre que le llevaba hacia el coche pareció darse cuenta de su percepción, ya que agarrándole con la confianza de quien lleva a un paralítico, le agarró un momento de otra forma para quitarle con la diestra su comunicador y colocarselo él en su oreja. 

Mientras Dan intentaba futilmente que su cuerpo, al menos su garganta, reaccionase, el hombre lo llevó hasta su repulsor, tumbándole en la parte de atrás estirado, mientras el compañero pasaba del asiento del conductor al trasero. En ese momento, Dan pudo ver 4 personas, en la esquina, caras que ya había visto hace un momento, que miraban sorprendidas el desenlace de los hechos. Una de ellas señaló hacia un punto y gritó
- "¡El centro mas cercano está hacia allí! ¡Yo volaría a la altura de los aerotaxis!"
- "¡Soy de aquí, no se preocupe, sé donde dice! ¡Soy piloto!" respondió el hombre que le había traído en brazos mientras se asentaba a los mandos del repulsor. 

El repulsor ascendio en vertical, aunque sin entrar en la altura reservada para los aerotaxis. 
- "Sujeta a ese cabrón" dijo el conductor.
Dan tuvo un atisbo del exterior a través de la cúpula, y desechó de su cabeza reflexionar sobre si el plastividrio de la cúpula sería transpariacero o alguna clase de blindaje como le había parecido. 
Sin problema, comenzó a plantearse como podía escapar de lo que a todas luces eran agentes de la OSI operando en Hinder contra una célula rebelde alrededor del puesto al que Rick les había guiado, metiendoles en el perímetro operacional de vigilancia de la OSI. 
Sin duda sus agentes habían mejorado y mucho, si habían podido cogerle con la guardia tan baja. 

Mientras sus pensamientos intentaban dar forma a lo que acababa de pasar, y a cual podría ser su próxima maniobra, paralizado, en un vehículo convenientemente cerrado, el repulsor se lanzó a la carrera doblando la esquina raudo, casi paralelo a la fachada del edificio, y nivelándose después mientras se disparaba hacía donde ese viandante había ubicado el centro mas cercano. 

El hombre que iba con él, había agarrado a Dan en el momento del giro, y ahora le cacheaba, incluyendo la boca, obviamente buscando píldoras de suicidio o equipo oculto. 
- "Esta limpio" -chivó al piloto tras desarmarle su blaster y vibrofilo ocultos.


Dan reflexionó que si lo llevaban hacia el espaciopuerto para extraerlo, tenía una media hora para que esta parálisis se le pasase, y quizás poder enfrentarse a ellos, recuperar el comlink, y emitir un aviso al comando antes de tirarse de alguna plataforma en el espaciopuerto si era necesario. O quizás en el momento de la llegada, por sorpresa pudiera abrir el repulsor y arrojarse al vacío si entraban por alguno de los niveles superiores. Desde luego ahora no podía hacer otra cosa que mirar. Que la parálisis le insensibilizase al dolor, no era consuelo en esta situación en la que, de ser capturado, podría revelar información sensible. 
"¿Estás dispuesto a hacer el sacrificio final?" el recuerdo de Madine en Hoth estaba en su cabeza desde que le habían subido al repulsor, aceleraba su pulso (apenas, por lo que sea que tuviese corriendo por su cuerpo), y le daba determinación para hacer lo que fuese necesario antes que poner en peligro las coordenadas que había memorizado del contacto de Rick. 

El hombre junto a él, sacando de su chaqueta un inductor subcutáneo parecía acabar con todos sus esbozos de plan apenas nacidos.
- "Tranquilo hijo de puta, tu ya has terminado la partida" -dijo su acompañante mientras le inyectaba en el pecho, su camisa abierta desde que fue recogido de aquella acera por el conductor.